Idioma: Espanhol
Una de las metas fundamentales de la Educación Inicial implica el conocimiento y la comprensión de la realidad natural y social. Enseñar y aprender en contexto es uno de los aspectos que le dan sentido a las tareas cotidianas. Educar a los niños pequeños implica necesariamente el contacto directo con el ambiente y, como dicen los autores de este libro, la naturaleza adquiere un sentido educativo rico y central en el desarrollo infantil. El núcleo del esfuerzo educativo es justamente ese: forjar vínculos fuertes entre los niños y el medio ambiente. Vínculos que propicien conocimientos, actitudes y sentimientos sobre sí mismos y sobre lo que les rodea. También habilidades y modos de actuación que refuercen su autonomia y les permitan participar en actividades de exploración y disfrute de su entorno.
Como expresan los autores, la escuela ha perdido su exclusividad formativa pero no debe dejar de ejercer un claro protagonismo en la racionalización de las experiencias de los sujetos, en lograr integrar todo ese bagaje de influencias divergentes en un proceso enriquecedor para el propio alumno y para el entorno. Abrirse al territorio significa, a la larga, abrir las puertas de la escuela a la experiencia global de los sujetos y a cuantos ejercen infuencia sobre ellos.